LA VENTANA DE SOFIA
La ciudad acababa de dormirse y el cielo limeño poco agraciado en estrellas dejaba ver la ventana iluminada de la mansión Peñaflor . La imagen beatifica de Sofía aparecía como un espectro fantasmal , aquella noche de lluvia , de un mes de Septiembre , la nostalgia y los recuerdos invadieron por un momento mis pensamientos.
A pesar de los 10 años de ausencia, la casa de Sofía , que ahora parecía abandonada (y posiblemente con nuevos dueños) no había cambiado mucho , aquel lugar conservaba esa mágica arquitectura llena de estatuas lúgubres , árboles bien podados y uno que otro adorno excéntrico.
El chofer del taxi ,por pedido mío, paro unas cuadras antes de llegar a mi casa ,un afán curioso me incentivaba a recorrer esas veredas por mi propia cuenta , baje del automóvil y dejándole una generosa propina ,de viajero cosmopolita,al taxista ,apele a caminar a pasos pequeños con mi equipaje en mano ,la sensación extraña de estar en un mundo desconocido e irreal , me dejo por un momento perplejo y contemplativo.
Ya casi llegando a mi casa sin aire y con algo de dificultad por el peso de las maletas , lamentándome de haberme bajado algunas cuadras antes y maldiciendo mi afán curioso, pude notar a lo lejos , que en la ventana del segundo piso , mi abuela Sonia , muy efusivamente me hacia señales con los brazos , apele a sonreír y responder con el mismo gesto(sin lugar a duda esa viejecita, damisela ojiverde , aún tenia esa visión envidiable que cualquier octogenario le envidiaría de seguro)
En la puerta del primer piso estaba mi abuelo Andrés que sin ser tan efusivo como mi abuela , me dio una abrazo sereno de bienvenida muy característico de él (un abrazo vale mas que mil palabras pensé)
- Bienvenido a Lima Julián – me dijo guiñándome el ojo –
Gracias abuelo le dije ( de mas esta decir que no pude evitar cerrar los ojos y derramar un poco de ese liquido algo salado ) sin duda el abuelo Andrés también sabia lo importante que es para un corazón asustado cerrar los ojos......
A pesar de los 10 años de ausencia, la casa de Sofía , que ahora parecía abandonada (y posiblemente con nuevos dueños) no había cambiado mucho , aquel lugar conservaba esa mágica arquitectura llena de estatuas lúgubres , árboles bien podados y uno que otro adorno excéntrico.
El chofer del taxi ,por pedido mío, paro unas cuadras antes de llegar a mi casa ,un afán curioso me incentivaba a recorrer esas veredas por mi propia cuenta , baje del automóvil y dejándole una generosa propina ,de viajero cosmopolita,al taxista ,apele a caminar a pasos pequeños con mi equipaje en mano ,la sensación extraña de estar en un mundo desconocido e irreal , me dejo por un momento perplejo y contemplativo.
Ya casi llegando a mi casa sin aire y con algo de dificultad por el peso de las maletas , lamentándome de haberme bajado algunas cuadras antes y maldiciendo mi afán curioso, pude notar a lo lejos , que en la ventana del segundo piso , mi abuela Sonia , muy efusivamente me hacia señales con los brazos , apele a sonreír y responder con el mismo gesto(sin lugar a duda esa viejecita, damisela ojiverde , aún tenia esa visión envidiable que cualquier octogenario le envidiaría de seguro)
En la puerta del primer piso estaba mi abuelo Andrés que sin ser tan efusivo como mi abuela , me dio una abrazo sereno de bienvenida muy característico de él (un abrazo vale mas que mil palabras pensé)
- Bienvenido a Lima Julián – me dijo guiñándome el ojo –
Gracias abuelo le dije ( de mas esta decir que no pude evitar cerrar los ojos y derramar un poco de ese liquido algo salado ) sin duda el abuelo Andrés también sabia lo importante que es para un corazón asustado cerrar los ojos......
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